El rol de la fisioterapeuta en los Trastornos Alimenticios
La fisioterapia desempeña un papel fundamental en el tratamiento de los trastornos alimenticios, ayudando a los pacientes a reconectar con su cuerpo y a mejorar tanto su bienestar físico como emocional. Las personas con trastornos alimenticios suelen enfrentar problemas como debilidad muscular, pérdida de densidad ósea y alteraciones posturales derivadas de la malnutrición y hábitos perjudiciales. A través de intervenciones especializadas, la fisioterapeuta busca restaurar la fuerza, mejorar la movilidad y promover la salud ósea.
Además de abordar estas consecuencias físicas, el trabajo físico guiado fomenta una percepción corporal más positiva y reduce el estrés, aspectos esenciales para avanzar en el proceso de recuperación.
Un enfoque multidisciplinario para un tratamiento integral
El tratamiento eficaz de los trastornos alimenticios requiere un enfoque multidisciplinario que integre diversas áreas de la salud. La fisioterapeuta colabora estrechamente con un equipo de especialistas, que incluye nutricionistas, médicos y psicoterapeutas, para diseñar un plan personalizado adaptado a las necesidades de cada paciente.
- La nutricionista trabaja en la recuperación del equilibrio alimenticio.
- La médico se encarga de monitorear los aspectos clínicos y tratar complicaciones médicas.
- Las psicoterapeutas abordan los desafíos emocionales y mentales del paciente.
La fisioterapeuta complementa estos esfuerzos al centrarse en los aspectos físicos y funcionales de la recuperación, potenciando los resultados globales del tratamiento. Este enfoque integral y colaborativo asegura que todas las dimensiones de la salud del paciente—física, emocional y psicológica—se atiendan de manera efectiva, permitiendo una recuperación más completa y sostenible.
¿Cómo funciona la ayuda de la fisioterapeuta para superar un trastorno alimenticio?
- Evaluación inicial: En la primera sesión, realizamos una entrevista y una exploración física personalizada para identificar posibles alteraciones, como problemas posturales, biomecánicos o estructurales. Este proceso nos permite entender las necesidades individuales y la relación del paciente con la actividad física y el movimiento corporal. A partir de esta evaluación, determinamos el estado de salud física para poder recomendar la mejor modalidad de tratamiento complementaria al proceso de terapia individual.
- Planificación colaborativa: Una vez que el equipo multidisciplinario establece de forma conjunta una impresión diagnóstica, se definen los objetivos específicos y se presenta al paciente una propuesta de intervención personalizada para llegar a un acuerdo.
- Sesiones de seguimiento: Las sesiones de seguimiento se realizan semanal o bimensualmente. Durante estas sesiones revisamos conjuntamente el progreso y las dificultades, re-evaluamos los objetivos establecidos, brindamos apoyo emocional y motivacional para promover cambios positivos y ayudar al paciente a superar un trastorno alimenticio.
- Conexión Cuerpo-Mente: A través de diversas intervenciones, la fisioterapia fomenta la atención hacia las necesidades internas, en lugar de centrarse únicamente en pensamientos o percepciones sobre el cuerpo. Estas prácticas se basan en conectar cuerpo y mente mediante movimientos conscientes y ejercicios de respiración, promoviendo una relación saludable con la actividad física y el movimiento.
Intervenciones Terapéuticas:
Las técnicas utilizadas incluyen, entre otras:
- Ejercicio terapéutico
- Pilates terapéutico
- Mindfulness y meditación
- Integración sensorial
Restauración de la función física: Para pacientes que presentan secuelas físicas, realizamos intervenciones específicas destinadas a corregir o restaurar la integridad y funcionalidad del cuerpo. Estas técnicas permiten que el paciente se recupere y, posteriormente, pueda trabajar con su propio cuerpo. Entre estas intervenciones se encuentran la Posturología y la Terapia Manual.