Miércoles 9/2/2022
FOTO: Priscilla Du Preez
Texto: Alejandra Misiolek
“¿Por qué siempre tengo que pensar yo en las compras? ¿No ves que el lavavajillas está lleno? ¿Por qué no lo vaciaste?”
Cuando las parejas acuden a terapia, podemos observar cómo cada pareja tiene un conflicto central que parece muy prosaico en la superficie pero que en el fondo toca aspectos que son intrínsecos a cada pareja, relacionados con sus traumas o experiencias dolorosas pasadas o tienen un significado especial que se esconde detrás de las quejas cotidianas.
¿Por qué?
- Hablemos del apego
Como expliqué en un post anterior, el apego es nuestro estilo de relacionarnos con los demás que, según diversos estudios, se establece desde que somos bebés y es estable a lo largo de nuestra vida. Las experiencias relacionales tempranas, cuando se repiten, forman patrones de relaciones que condicionan nuestros estilos relacionales con nuestros amigos o socios. Las experiencias de sintonía y vínculos seguros nos preparan para saber depender de los demás de manera sana, confiar en que no estamos solos y crear relaciones satisfactorias. La falta de sintonía, por otro lado, junto con el sentimiento de abandono y no estar presente en la mente de nuestros cuidadores, nos condicionan a ser muy sensibles a estos en nuestras relaciones adultas o a tratar de suplir estos déficits en otras relaciones. Sin embargo, aunque queramos una nueva experiencia relacional, si repetimos nuestros viejos patrones, obtendremos más de lo mismo. Así, no es raro que elijamos una pareja que tenga un estilo relacional parecido al de nuestros cuidadores y las cosas que haga o no sea capaz de hacer activarán nuestras heridas o déficits tempranos.
- Círculos viciosos
Si recreamos la misma historia una y otra vez, sacaremos las mismas conclusiones sobre el mundo que nos rodea y sobre las relaciones. ¿Cómo?
Echemos un vistazo a un ejemplo. Una paciente llamada Carol sufrió un abandono temprano por parte de sus padres: su padre literalmente la abandonó cuando era una bebé, y su madre estaba muy ocupada tratando de reestablecer su vida y conocer a otros hombres, por lo cual no tenía suficiente espacio para su hija. Carol se volvió muy sensible a las pequeñas señales de abandono que desencadenaban emociones muy fuertes. Como consecuencia, por miedo a ser abandonada de nuevo, se retraía y se desprendía de cualquiera que presumiblemente pudiera dejarla. Al final, se ha sentido sola y teme aún más el abandono, lo cual la lleva a ser aún más cautelosa la próxima vez.
- Co-creación de relaciones/conflictos
Si Carol pudiera, por alguna razón, en lugar de elegir siempre el patrón familiar de hombres que tienden a no ser sensibles a sus necesidades, terminar con alguien que sí lo es, podría experimentar una nueva situación relacional. Como si encontrara una nueva pareja de tango y necesitara adaptar su forma de bailar porque la anterior ya no funcionaba. En tal caso, podría aprender a temer menos el abandono y por lo tanto abrirse más. Si pudiera abrirse más, se daría la oportunidad de crear una conexión más profunda y sentirse verdaderamente sintonizada y tenida en cuenta. Por lo tanto, el estilo relacional que creamos con nuestra pareja es siempre co-creado y es responsabilidad de ambos miembros de la pareja.
¿Qué sucede si, en lugar de alguien sensible a escuchar sus necesidades, termina con alguien muy sensible a sus propias necesidades, aunque de una manera ligeramente diferente?
- Efecto bola de nieve
Un día Carol conoció a John, cuyo estilo de apego es inseguro. Después de la primera cita, John le envió un mensaje de texto a Carol para decirle que quería volver a verla, pero, debido a sus temores, ella no respondió de inmediato porque no quería parecer demasiado comprometida. Pero antes de que pudiera responder, John le envió otro mensaje de texto: “No tienes que responder si no quieres”. Como resultado, Carol respondió y se creó una dinámica en la que él siempre sentía que la perseguía y ella se sentía constantemente abrumada por su forma pasivo-agresiva de expresar sus necesidades. Sin embargo, nunca hablaron de eso ni resolvieron el conflicto.
10 años después, Carol y John acuden a terapia de pareja porque siempre se pelean por lo mismo. John se queja: “¿Por qué siempre tengo que pensar en planificar todo y ella siempre se retrae cuando empiezo a regañarla? Me vuelve loco”
Carol realmente no sabe por qué todavía. ¿Quieres explorar cómo sería una sesión de terapia de pareja con Carol y John?
Te explico más en el próximo post.