Miércoles 6/4/2022
FOTO: Jamie Street
Texto: Alejandra Misiolek
Los celos se definen como un sentimiento de infelicidad e ira causado por la creencia de que un ser querido puede ser infiel [1].
La mayoría de las personas asocian este sentimiento con algo bastante negativo que preferirían evitar. ¿Es realmente un sentimiento tan negativo? ¿Qué papel juega? ¿Deberíamos tratar de evitarlo?
Los celos son una emoción compleja que aparece como reacción a una amenaza a una relación que valoramos, sin importar si es real o imaginaria. Aunque es un sentimiento doloroso, como todas las emociones, en realidad juega un papel importante y no debe ser suprimido. De manera similar a lo que deberíamos hacer con todas nuestras emociones, podríamos reconocerlas, aceptarlas y pensar en ellas en lugar de actuar impulsivamente sobre ellas. ¿Qué me dice realmente esta emoción sobre mí y mi relación? ¿Será señal de algo que estoy detectando o es mi excesiva inseguridad lo que lo desencadena? Desde un punto de vista social, los celos pueden ser vistos como una emoción necesaria, porque preserva los lazos sociales y motiva a las personas a realizar comportamientos que mantienen relaciones importantes.
Los celos son universales, todos los hemos sentido en algún momento de la vida. Sin embargo, en exceso pueden volverse problemáticos. Las investigaciones muestran que las personas más celosas son las que tienen la autoestima más baja, las que sufren miedo de abandono y las que son muy neuróticas. Pueden convertirse en un problema porque pueden causar sufrimiento a la persona que lo siente y a su pareja. También puede ser un problema si decidimos actuar controlando a nuestra pareja o monitoreando obsesivamente su móvil o su paradero. Una consecuencia frecuente de estos comportamientos dañinos es que puede convertirse en una profecía autocumplida. Podemos provocar lo que más tememos: podemos ser abandonados porque nuestro comportamiento se vuelve abrumador.
¿Cómo lidiar con los celos?
Aunque pueda parecer tabú y contrario a la intuición, simplemente reconocer la presencia de los celos es la mejor solución. Tanto para nosotros como para nuestra pareja. Explorar las emociones que sustentan los celos puede inspirar la autorreflexión que puede ayudar a desarrollar habilidades internas de afrontamiento. Compartir estos sentimientos con nuestra pareja puede iniciar conversaciones productivas sobre la relación y las cosas que pueden faltar y cómo ayudar a reparar el vínculo.
No podemos esperar de nosotros mismos curar los celos. De acuerdo con la paradoja del cambio, es reconociendo y aceptando nuestros sentimientos que podemos comenzar a cambiarlos. Si nos damos cuenta de que los celos son desencadenados por nuestras inseguridades, podemos aprovecharlos como una oportunidad para observarlos más de cerca y ser una buena motivación para hacer un trabajo personal en lugar de buscar tranquilidad en nuestra pareja. Pedir la ayuda profesional de un psicoterapeuta especializado en tratar los problemas de pareja puede ser una solución muy enriquecedora.
Para concluir, no solo no podemos evitar este sentimiento, sino que no debemos hacerlo. Más bien podríamos tratarlo como un indicador de que algo está sucediendo que debe abordarse. Ya sea un problema real en la relación o una inseguridad que podría beneficiarse del trabajo personal o de la psicoterapia.
Fuentes: