Miércoles 24/11/2021
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Texto: Alejandra Misiolek
En el post anterior explicamos qué es el ghosting y tratamos de entender de dónde viene. En este post vamos a hablar del breadcrumbing y veremos más de cerca las consecuencias de ambos.
Mientras que el ghosting se refiere a no responder a las llamadas telefónicas o a los mensajes de texto, dejar de seguir a la pareja o bloquearla en las plataformas de las redes sociales, el breadcrumbing se define como el acto de enviar mensajes de texto coquetos, pero sin compromiso (es decir, “migas de pan”) para atraer a una pareja sexual sin gastar mucho esfuerzo o sin intención de ir más allá.
Lo que les gusta a los “breadcrumbers” es la atención. Así que lo que hacen es coquetear aquí o allá, publicar likes en redes sociales como Instagram o enviar textos con la suficiente frecuencia para que los receptores no pierdan el interés en ellos, pero no lo suficiente para que se desarrollen relaciones. El breadcrumbing no es una estrategia de disolución tan clara como el ghosting, sino más bien una forma de mantener una cita en “espera” en la que se crea una dinámica en la que los breadcrumbers siguen siendo importantes/atractivos para los demás.
El breadcrumbing no ha recibido todavía tanta atención científica como el ghosting, por lo que las pruebas empíricas del breadcrumbing son más limitadas; sin embargo, los estudios informaron de que el 35,6% de los adultos españoles refirieron haber sido víctimas del breadcrumbing.
¿Cuáles son las consecuencias psicológicas del ghosting y el breadcrumbing?
Aunque el ghosting es una forma de acabar con las relaciones y el breadcrumbing es una forma de mantener ciertas relaciones con diferentes propósitos, lo que tienen en común es que las personas a las que afecta experimentan una sensación constante de estar pendientes y estar en modo de espera. Esta falta de explicación o declaración explícita hace que la pareja que sufre ghosting no sea consciente de lo que ha sucedido y interprete por su cuenta lo que puede significar la ausencia de comunicación. No es de extrañar que esta falta de cierre pueda generar inseguridad en la pareja y, como demuestran los estudios, puede causar malestar psicológico, desregulación emocional, soledad, tristeza y ansiedad y podría dar lugar a una mentalidad en la que los individuos llegan a interiorizar que hay algo fundamentalmente malo en ellos.
La razón por la que el ghosting puede tener un grave impacto en la salud mental de una persona es porque puede considerarse una táctica muy cruel llamada “tratamiento silencioso”. “Esencialmente te deja impotente y no te da la oportunidad de hacer preguntas o de que te proporcionen información que te ayude a procesar emocionalmente la experiencia. Te silencia y te impide expresar tus emociones y ser escuchado, lo cual es importante para mantener tu autoestima”. (Jennice Vilhauer)
No cabe duda de que este rechazo silencioso llamado ghosting es una experiencia muy dolorosa y, según las investigaciones, duele literalmente. Varios estudios de resonancia magnética muestran que el rechazo romántico en las relaciones a largo plazo activa la red del dolor. Los investigadores descubrieron que incluso en las primeras etapas de las citas el rechazo romántico desencadena una desaceleración cardíaca. Además, las investigaciones sobre el rechazo social demostraron que, especialmente cuando el rechazo es inesperado, se asocia con la activación de áreas cerebrales que se solapan con la red del dolor. Otros estudios muestran que experimentar el ghosting tiene un impacto perjudicial en la autoestima y la confianza en los demás. Esto significa que cuando las personas con baja autoestima pasan por múltiples experiencias de ghosting, podrían experimentar el rechazo como algo aún más doloroso porque tienen menos opioides naturales (analgésicos) liberados en el cerebro después de un rechazo en comparación con las personas con mayor autoestima.
Entonces, si el ghosting es tan doloroso, ¿cómo podemos protegernos de sufrir sus consecuencias?
- Existen algunos mecanismos de afrontamiento que pueden evitar que los usuarios de las aplicaciones de citas experimenten una bajada de la autoestima como: racionalizar la experiencia del ghosting argumentando que es parte del uso de las aplicaciones de citas; tomar perspectiva y ver lo sucedido desde un ángulo más amplio y ver no sólo nuestros posibles defectos sino también los de la pareja; cuestionar nuestra motivación para continuar una relación con alguien que tiene tendencia a desaparecer y hacer una proyección en el futuro sobre cómo sería una relación a largo plazo con alguien que no afronta los problemas sino que huye de ellos.
- La investigación muestra que aquellos que han hecho ghosting a otras personas son menos propensos a calificar el ghosting como doloroso. Esto significa que el hecho de haber hecho ghosting a otros usuarios de aplicaciones de citas también puede servir de amortiguador. ¿Por qué? Porque podemos entender la perspectiva de la otra persona y tomar perspectiva siempre ayuda a minimizar el dolor.
- Un hallazgo interesante fue que varios ghosters informaron que hicieron ghosting para protegerse cuando la pareja se negó a aceptar su razón de rechazo y comenzó a mostrar un comportamiento agresivo, como el envío repetido de mensajes no solicitados y el comportamiento de acoso. Estos resultados sugieren que algunos individuos pueden ser más propensos a recibir el ghosting en comparación con otros. ¿Por qué? Porque las personas que muestran un comportamiento hostil y agresivo cuando son rechazadas son las que son más sensibles al rechazo porque han sufrido rechazos antes (estilo de apego ansioso) y tienen una autoestima más baja como consecuencia. Por lo tanto, si no quieres ser víctima de ghosting, pregúntate cómo reaccionas al rechazo y si hay espacio para hablar abiertamente en la relación.
En conclusión, el ghosting y el breadcrumbing pueden ser dolorosos, y debemos buscar estrategias para evitar caer en ellos y afrontar sus consecuencias una vez que suceden. No podemos tener control sobre la pareja, pero sí tenemos cierto control sobre a quién elegimos (recordemos la “tríada oscura”) y sobre cómo nuestros patrones de relación promueven o no una conducta de ghosting (¿somos sensibles al rechazo?).
Fuentes:
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