Miércoles 27/9/2023
FOTO: Viktor Szabo
Texto: Anna Nagygyörgy, Viktória Farkas y Alejandra Misiolek
En este post hablaremos sobre los posibles patrones diarios de hábitos alimenticios problemáticos: atracones y alimentación restrictiva. También discutiremos algunas posibles explicaciones detrás de estos patrones, centrándonos en el modelo circadiano.
Los hallazgos recientes indican que la frecuencia de los trastornos alimenticios y las vulnerabilidades psicológicas asociadas a estos, pueden variar a lo largo del día.
Primero, empezaremos por aclarar qué son los atracones y la alimentación restrictiva.
Según el DSM-V, un episodio de atracones tiene las siguientes dos características:
- Comer, en un período de tiempo discreto (p. ej., dentro de cualquier período de 2 horas), una cantidad de alimentos que es definitivamente más grande de lo que la mayoría de las personas comería en un período de tiempo similar en circunstancias similares.
- Una sensación de falta de control al comer en exceso durante el episodio (p. ej., una sensación de que no se puede dejar de comer o controlar qué o cuánto se está comiendo).
La alimentación restrictiva tiene las siguientes características:
- Implica comer menos de lo necesario para satisfacer las necesidades nutricionales y/o es típico de un individuo.
- Ausencia de comer en los momentos en que normalmente se come (lo que puede significar saltarse comidas/refrigerios y también ayunar durante el día).
Las razones por las que algunas personas se dan atracones y/o restringen son numerosas. Por ejemplo, un empeoramiento del estado de ánimo, dificultades en la regulación de las emociones y un mayor deseo de comer pueden llevar a un atracón con la intención de regular la baja de las emociones o “alimentar” el deseo dopaminérgico. Sin embargo, el atracón en sí desencadena sentimientos aún más negativos hacia uno mismo, especialmente relacionados con la culpa y la vergüenza; y puede conducir a más atracones (un círculo vicioso). Por el contrario, en el caso de una alimentación controlada, la idealización de la delgadez puede ser un factor que puede aumentar la probabilidad de una alimentación restrictiva como intento de adelgazar. Esta idealización sería la más habitual, sin embargo, el rechazo a comer como forma de poner límites, especialmente en la adolescencia, o la restricción como forma de compensar un atracón, son otros motivos frecuentes para restringir.
¿Cuáles son los patrones diarios de atracones y alimentación restrictiva?
Según un estudio realizado en Estados Unidos, a medida que avanza el día los episodios de atracones se vuelven más comunes. Los momentos del día con mayor riesgo de sufrir atracones son los siguientes:
- El más alto a la hora de la cena (17:30 p.m.).
- También alrededor de la hora del almuerzo (12:30 p.m.).
- Además, existe un alto riesgo al final de la noche (23:00 p.m.).
Se ha observado que mientras los atracones suelen ocurrir más tarde en el día, la alimentación restrictiva ocurre más temprano en el día.
¿Es esto una sorpresa o algo que se esperaba? Si alguna vez has experimentado un episodio de atracones, es posible que te identifiques con la descripción anteriormente mencionada. Echemos un vistazo a cómo las horas del día pueden estar relacionadas con los patrones de alimentación.
¿Qué tiene que ver el ritmo circadiano con estos patrones?
El modelo circadiano es uno de los posibles marcos para explicar los patrones diarios de la alimentación restrictiva y los atracones. Se puede entender el ritmo circadiano como nuestro reloj interno siguiendo un ciclo de 24 horas que regula procesos como el apetito, la vigilancia, la somnolencia o la temperatura del cuerpo. Sigue el orden del día, por ejemplo, es importante que estemos expuestos a luz cuando despertamos y que tengamos oscuridad cuando nos acostamos para un funcionamiento adecuado. Esta sincronización puede ser alterada de varias maneras, por ejemplo, debido al desfase horario o al trabajo por turnos.
Los trastornos alimenticios también causan daño significativo al ritmo circadiano, especialmente porque las personas con conducta alimentaria desordenada tienen tendencia a no respetar su ritmo diario (p.ej. porque no escuchan a su cuerpo) o no tienen una rutina establecida. Como explicado anteriormente, la alimentación restrictiva es más típica por las mañanas, mientras que en el caso de los atracones suele ocurrir por las tardes y noches.
Una posible consecuencia (y probablemente una causa a la vez) es la demora considerable del apetito que experimentan las personas que padecen un trastorno alimenticio. Esto está en línea con el hallazgo de que ciertas hormonas se elevan más tarde en las mismas, comparados con los que no sufren de TA. Como consecuencia, el hambre es acumulada por la tarde y aumenta el riesgo del atracón. Asi mismo, comer una gran cantidad de comida, especialmente antes de acostarse hace difícil quedarse dormido, conduce a una mala calidad del sueño y en general desdibuja el ritmo actividad-descanso a largo plazo. Además, ha sido observado que nuestro metabolismo tiende a desacelerar al final de la tarde y la noche, contribuyendo a posible sobrepeso y obesidad (siendo esta a su vez la causa de probar restringir como mecanismo compensatorio).
El papel del autocontrol
Otra explicación posible de este patrón diario podría ser que las personas intentan controlar el consumo del alimentos (generalmente exitoso) por la mañana, pero, como la capacidad de autocontrol es limitada, es más difícil conseguirlo por la tarde o la noche. Esta suposición está apoyada por el experimento chocolate y rábanos* del cual llegamos a la conclusión que la fuerza de voluntad es un recurso limitado que funciona como un músculo.
El papel de los pensamientos
Nuestros patrones de pensamiento o formas de pensar tienen un papel importante en todo esto. Podemos reconocer el pensamiento blanco o negro detrás de esta conducta, que es la así llamada distorsión cognitiva. Esta es una de las características típicas que describe el perfil de una persona con anorexia, bulimia o trastorno por atracón. ¿Cómo funciona? A medida que el control disminuye y no es posible mantener la alimentación restrictiva, hay una tendencia hacia el comportamiento absolutamente opuesto que puede resultar en atracón (el llamado nuevo comienzo, ¿te suena familiar?). Al final del día, es típico decir “desde mañana, estoy en dieta”, pero esto puede ser contraproducente y el proceso recién descrito se repite y nos encontramos en un círculo vicioso.
Mensajes para llevar
Como mencionado anteriormente, existe un notable patrón diario tanto en los atracones como en la alimentación restrictiva. Aparte de las dificultades de regulación emocional, el pensamiento blanco o negro y la tendencia a disociarnos del cuerpo (no estar conectados con sus necesidades) y tratar de controlar (usando nuestra mente) o perder el control (y como consecuencia no confiar en nuestro cuerpo), el ritmo circadiano y sus alteraciones también pueden servir como explicación. Es importante señalar que los aspectos que destacamos no son excluyentes sino que se complementan y contribuyen a una mejor comprensión de este complejo fenómeno.
Conocer estos patrones puede ayudar a las personas que tienen hábitos alimenticios problemáticos a gestionar mejor sus rutinas, por lo que fomentamos la exploración de las características personales de cada uno. Además, con una alimentación regular organizada, horarios programados para dormir y despertarse y una exposición regular a la luz, se pueden regular los ritmos circadianos y lograr un mejor ritmo apetitivo.
*Experimento chocolate y rábanos
A los participantes del estudio se les pidió que entraran en una habitación donde había galletas de chocolate y rábanos. A un grupo se les permitió comer lo que querían y a otros se les prohibió comer galletas, solo podían comer rábanos. Después se les pidió trabajar en un complicado problema que parecía imposible de resolver y generaba frustración. Los participantes, a los que se les permitió comer galletas, aguantaron una media de 19 minutos, mientras que los que tuvieron que aguantar la tentación de chocolate, solo aguantaron una media de 8 minutos. Los científicos concluyeron que resistir una tentación ha producido un coste psíquico y causó que los participantes a los que se les había restringido, fuesen más vulnerables a la frustración y a que se rindiesen con más facilidad.
Podemos entonces concluir que cuanta más restricción soportamos con las dietas y cuanta más frustración causan, menos garantía tenemos de seguirlas, independientemente del carácter u otras diferencias individuales.
Fuentes:
- Baumeister, R. F., Bratslavsky, E., Muraven, M., & Tice, D. M. (1998). Ego depletion: Is the active self a limited resource?. Journal of personality and social psychology, 74(5), 1252.
- Byrne, S. M., Cooper, Z., & Fairburn, C. G. (2004). Psychological predictors of weight regain in obesity. Behaviour research and therapy, 42(11), 1341–1356. https://doi.org/10.1016/j.brat.2003.09.004
- De Young, K. P., & Bottera, A. R. (2022). A biobehavioral circadian model of restrictive eating and binge eating. The International journal of eating disorders, 55(10), 1291–1295. https://doi.org/10.1002/eat.23758
- Forester, G., Schaefer, L. M., Dodd, D. R., Burr, E. K., Bartholomay, J., Berner, L. A., Crosby, R. D., Peterson, C. B., Crow, S. J., Engel, S. G., & Wonderlich, S. A. (2023). Time-of-day and day-of-week patterns of binge eating and relevant psychological vulnerabilities in binge-eating disorder. The International journal of eating disorders, 56(9), 1694–1702. https://doi.org/10.1002/eat.23995