Wednesday 14/9/2022
FOTO: Katarina Wolnik Vera
Texto: Alejandra Misiolek
Como ya comentamos en un post anterior sobre los tratamientos para la obesidad, esta condición tiene causas y consecuencias tanto psicológicas como fisiológicas, por lo que debe ser abordada a ambos niveles, desde la psicoterapia y desde la medicina.
En este post voy a describir las posibilidades médicas para el tratamiento de la obesidad como complemento a las psicológicas.
¿Cuál es la situación actual en cuanto al tratamiento?
1. Tratar la obesidad no significa adelgazar.
Con mucha frecuencia, si eres obeso y vas al médico, puedes escuchar: debes adelgazar; como si adelgazar fuera fácil (leyendo entre líneas: si eres obeso, es culpa tuya).
Cuando buscas soluciones en Internet, puedes convertirte fácilmente en víctima de dietas restrictivas milagrosas y dañinas, o medicamentos y suplementos que hacen magia. Es un negocio muy poco ético que juega con los sentimientos de las personas con obesidad: la vergüenza, la culpa y la fantasía de intentar “ser normativo”. Hay muchos “expertos” en nutrición, muchos de ellos celebridades, entrenadores, pseudo dietistas y otros que perdieron mucho peso ellos mismos. Incluso si un paciente logra perder peso, puede caer fácilmente en la trampa del círculo vicioso de la restricción, los atracones y las fluctuaciones de peso que, a la larga, aumentan el peso corporal. Estos pueden conducir al desarrollo de trastornos alimentarios y/o depresión.
Las razones por las que, con frecuencia, la obesidad no se trata correctamente es la falta de comprensión del problema y la falta de recursos en el sistema de salud pública. El tratamiento de la obesidad es un proceso largo y se supone que debe hacerse de manera lenta pero constante. Además, debe ser un tratamiento personalizado y multidisciplinar basado en el conocimiento adecuado de cada persona que lo padece y en colaboración con el paciente. La motivación y el papel activo en el proceso son cruciales. No ayuda a motivar a alguien si lo avergonzamos, lo culpamos, o le imponemos ciertas reglas.
2. El plan de tratamiento debe incluir objetivos según la regla SMART (por sus siglas en inglés), y estos deben ser:
-específicos
-cuantificables
-factibles
-relevantes
-limitados en el tiempo.
Los profesionales que tratan la obesidad deben actuar según la regla 5A (por sus siglas en inglés):
–Preguntar (ask), tratar de entender al paciente, su perspectiva, motivación, dificultades, y razones.
–Evaluar (assess), por qué el peso corporal del paciente es alto y cuál es el estado de salud.
–Aconsejar (advise), en lugar de imponer.
–Estar de acuerdo (agree): es crucial que el paciente esté de acuerdo con el plan de tratamiento.
–Ayudar y apoyar (assist) al paciente durante todo el proceso, que puede ser un desafío.
3. El objetivo nutricional en el tratamiento de la obesidad, no es perder peso ni hacer dieta, sino cambiar los hábitos relacionados con la alimentación.
El proceso debe basarse en acompañar al paciente en el desarrollo de nuevas estrategias personalizadas, saludables y útiles. Los objetivos deben ser realistas, sostenibles y adaptados a cada persona. Una entrevista que nos ayude a comprender la situación actual y diseñar los objetivos y estrategias del tratamiento es una parte muy importante de este. Puede ser necesaria alguna psicoeducación relacionada con la alimentación pero, con frecuencia, los pacientes tienen el conocimiento y carecen de la capacidad para implementar el conocimiento. Analizar las dificultades y apoyar al paciente en la implementación de nuevos hábitos suele ser más útil que educarlo.
4. La actividad física como componente importante.
El tratamiento también debe centrarse en incluir movimiento. ¿Por qué? La actividad física puede ser un reto para una persona con un peso corporal alto, pero tiene que adaptarse a las posibilidades e intereses de cada persona. Si queremos mantener la motivación, el objetivo tiene que ser realista. Concentrarse en mejorar la resistencia o la eficiencia puede ser una buena meta alternativa a perder kilos y cambiar el número en la balanza, lo cual puede ser un detonante emocional para una persona con obesidad o un trastorno alimentario. La razón por la que es importante mover el cuerpo es principalmente para reducir las posibles consecuencias sobre la salud de la obesidad pero también para mantener el metabolismo activo, ya que tiende a ir más lento si restringimos las calorías.
- Tratamiento farmacológico
¿Cuáles son las opciones farmacológicas actuales para el tratamiento de la obesidad? Entre los más populares (y probados para demostrar que son una opción segura), podemos diferenciar:
a. Orlistat
Orlistat es una tetrahidrolipstatina, una sustancia derivada de la lipostatina (un potente inhibidor irreversible de la lipasa pancreática) que limita la acción de la enzima lipasa. Afecta la función de la enzima y disminuye el metabolismo de los lípidos, reduciendo su absorción. Dado que se excretan los lípidos con las heces, uno de los efectos secundarios importantes es la diarrea. A la larga, ayuda a reducir el peso corporal en aprox. 6% y reduce los niveles de colesterol.
b. Bupropión
El bupropión es un antidepresivo atípico que se usa principalmente para tratar el trastorno depresivo mayor y para ayudar a dejar de fumar. El bupropión actúa como un inhibidor de la recaptación de norepinefrina-dopamina y es antagonista del receptor nicotínico. También es popular como medicamento complementario en los casos de “respuesta incompleta” al antidepresivo inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina (ISRS) de primera línea.
Además, tiene un efecto sobre el hipotálamo al estimular la Pro-opiomelanocortina (POMC) y CART (Péptido relacionado a la cocaína y la anfetamina ), aumentando así la saciedad. También aumenta los niveles de beta endorfinas, afectando así al sistema de recompensa.
Está especialmente indicado si la causa de los problemas de alimentación y obesidad es emocional.
Los efectos secundarios del bupropión pueden ser dolor de cabeza, insomnio, sequedad de boca, náuseas y vómitos. Las convulsiones y la hipertensión son una contraindicación importante para usar este medicamento. También está contraindicado en anorexia y bulimia y no debe usarse junto con ciertos opioides como tramadol o codeína.
c. Liraglutida/Saxenda
La liraglutida es un medicamento contra la diabetes que se usa para tratar la diabetes tipo 2, la obesidad y el control crónico del peso. Se vende con el nombre comercial Saxenda y es un agonista del receptor del péptido 1 similar al glucagón (agonista del receptor GLP-1), también conocido como mimético de la incretina. Actúa aumentando la liberación de insulina del páncreas y disminuye la liberación excesiva de glucagón. También afecta al hipotálamo, inhibiendo el hambre e incrementando la saciedad.
Se administra mediante inyección debajo de la piel.
Los efectos secundarios comunes incluyen niveles bajos de azúcar en la sangre, náuseas, mareos, dolor abdominal y dolor en el lugar de la inyección. Los efectos secundarios gastrointestinales tienden a ser más fuertes al comienzo del período de tratamiento y desaparecen con el tiempo.
Se debe utilizar durante al menos 6 meses y se puede utilizar a largo plazo. Los estudios clínicos muestran que los pacientes tienden a perder entre el 5 y el 10 % de su masa corporal después de un uso prolongado y sus niveles de azúcar se reducen significativamente.
El soporte farmacológico tiene ciertos efectos secundarios y no debe ser tratado como una solución mágica. Lo ideal es que se acompañe de otras formas de tratamiento para lograr resultados a largo plazo.
Sin embargo, en determinados casos, puede suponer un importante impulso para pacientes que padecen complicaciones graves de su estado metabólico, que han intentado adelgazar en numerosas ocasiones o que necesitan ayuda con la motivación.
- Cirugía bariátrica.
La cirugía bariátrica es probablemente el último recurso que se debe ofrecer a los pacientes con obesidad. Es una opción invasiva con numerosos efectos secundarios y no garantiza no volver a engordar. Debe realizarse previa evaluación psicológica y siempre en colaboración con un equipo multidisciplinar. Hay opciones temporales y opciones a largo plazo para reducir el estómago o la superficie de absorción de nuestros intestinos.
Podemos concluir que la obesidad es una condición de múltiples capas que puede convertirse en un problema tanto médico como psicológico, por lo que requiere tratamiento por parte de un equipo multidisciplinario de especialistas. Los pacientes deben ser tratados con comprensión y sin avergonzarles, y los programas de tratamiento deben ser individualizados y adaptados a las necesidades de cada persona.
Fuente: Obesitologia kliniczna. Magdalena Olszanecka-Glinanowicz. @-medica press, 2021.