Miércoles 26/06/2024
FOTO: Megan te Boekhorst
Texto: María Sabaté y Lina Camacho
El Síndrome de Ingesta Nocturna de Alimentos (NES, por sus siglas en inglés), actualmente, se clasifica como Otro Trastorno de la Conducta Alimentaria Especificado según el Manual Estadístico de Diagnósticos (DSM-5). Este síndrome se caracteriza por una serie de episodios recurrentes de ingesta de alimentos en la noche, que se manifiesta por la ingesta al despertarse del sueño o por un consumo excesivo de alimentos después de cenar. Existe conciencia y recuerdo de la ingesta, y puede causar malestar significativo y/o problemas en el funcionamiento.
¿Qué es el NES o Síndrome de la Ingesta Nocturna de Alimentos?
Recientes esfuerzos de los investigadores por mejorar los criterios para el diagnóstico de NES condujeron a una gran mejora en la forma en que ahora se describen los síntomas de NES en el DSM-5 (Asociación Americana de Psiquiatría, 2013). Los criterios propuestos por Allison et al. (2010) incluyen (a ser evaluados por un profesional):
(A) Hiperfagia vespertina, definida como el consumo del 25% o más de la ingesta calórica diaria total después de la cena, y/o dos ingestas nocturnas en promedio por semana;
(B) Conciencia de las conductas alimentarias y las ingestas;
(C) Tres de los siguientes: (i) anorexia matutina, (ii) deseo de comer entre la cena y el irse a dormir, (iii) insomnio al inicio del sueño, (iv) la creencia de que necesita comer para conciliar el sueño, (v) depresión o disminución del estado de ánimo por la tarde y la noche;
(D) Angustia o deterioro del funcionamiento;
(E) Un período de 3 meses o más bajo estas condiciones;
(F) Estas condiciones no son secundarias a ninguna condición médica.
Diferencia entre NES y Atracones nocturnos
Se cree que el Trastorno por Atracón (TA) y el NES son trastornos muy similares debido a su alta tasa de aparición en pacientes con obesidad y sus fuertes vínculos con los síntomas depresivos (Allison et al., 2007). Sin embargo, un factor diferenciador clave entre los pacientes con NES y TA es el tamaño de la porción de comida. Mientras que los pacientes con TA experimentan “pérdida de control” (PdC) al comer y consumen comidas inusualmente grandes, los pacientes con NES tienden a conservar el control (hasta cierto punto) y “picotear” en momentos atípicos, es decir, por la noche o después de la cena (Latzer y Tzischinsky, 2012a; Stunkard y Allison, 2003).
¿Qué hay detrás de las ingestas nocturnas y qué función cumplen?
Cuando hablamos de un trastorno alimentario, el comportamiento suele ser la punta del iceberg. La conducta alimentaria podría ser un mecanismo de afrontamiento, una estrategia de autorregulación, o una forma para que quien la sufre se sienta en control; normalmente detrás de la conducta encontramos experiencias traumáticas.
Se ha demostrado ampliamente la existente relación entre el trauma infantil y los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), especialmente con el abuso sexual y la anorexia nerviosa, bulimia nerviosa y trastorno por atracón. Pero sólo unos pocos estudios han examinado la historia de acontecimientos vitales traumáticos y maltrato infantil en pacientes con NES. Este año Latzer, Y. et al., 2024, decidieron colaborar y llenar el vacío en la investigación entrevistando a quienes padecen este síndrome, con la intención de recopilar testimonios reales, ya que permiten investigar las experiencias, percepciones y significados de quienes sufren este trastorno en sus propias palabras.
Relación del síndrome de ingesta nocturna con eventos traumáticos
Hay dos temas centrales que destacan en las personas con NES:
1. El comer nocturno es una experiencia que representa una parte “oscura” de su comportamiento, este momento “oscuro” incluye la pérdida de control sobre la comida, la sobreingesta, sentimientos de disgusto y vergüenza relacionados con la comida, y recuerdos de abuso físico, sexual y emocional, o de negligencia física y emocional. Además, aunque muchas personas con NES no relacionan estos sentimientos complicados de sus traumas pasados con su comer nocturno, la forma en que describen estas experiencias es la misma que describen la experiencia de comer durante la noche, como una “pérdida de control, impotencia, dolor y asco hacia uno mismo”.
Las personas con NES, frecuentemente, han vivido eventos traumáticos de abuso físico y sexual que experimentaron como una invasión de su cuerpo acompañada de dolor, confusión y un sentimiento de que su cuerpo no les pertenece, sino que es un objeto para satisfacer las necesidades del otro.
2. Las personas con NES encuentran un lugar reconfortante y seguro durante la ingesta nocturna de alimentos; los que lo padecen ven la comida como relajante y calmante, como una herramienta para llenar el vacío, como una forma de adquirir control en la vida. Esta conducta, por lo tanto, es un intento de autocalmarse a través de adormecer y desconectarse de los recuerdos y las emociones dolorosas. Varios de los entrevistados en el estudio informaron que el comportamiento (hasta cierto punto) les ayudó a funcionar en su vida diaria.
La ingesta nocturna y los círculos viciosos
Los aspectos “oscuros” y reconfortantes del comer nocturno se entrelazan y acaban convirtiéndose en un círculo vicioso del que es muy difícil salir para los pacientes con NES. Al igual que otros trastornos alimentarios, NES actúa como una herramienta para gestionar las emociones negativas cuando la persona carece de otras capacidades para regular el dolor. Este comportamiento llena temporalmente el vacío interior y alivia la soledad, pero muy rápidamente también genera culpa y autocastigo. Los atracones nocturnos proporcionan alivio y consuelo momentáneos, pero el dolor reaparece fácilmente, perpetuando así el círculo vicioso.
A menudo, las personas con NES describen el comer durante la noche como un “monstruo” que causa daño en sus vidas al revivir recuerdos traumáticos, pero también como un “ángel de la guarda” que les ofrece seguridad y consuelo.
A pesar del gran sufrimiento y trauma físico y emocional, muchos se enorgullecen de su capacidad para funcionar en su vida diaria, apoyar a sus familias y afrontar los desafíos. Paradójicamente, aunque son conscientes de que no pueden controlar su hábito alimenticio nocturno, este comportamiento les ayuda a mantener su vida diurna bajo control, lo que les permite mantener un nivel razonable de funcionamiento. Estos resultados sugieren entonces que estas personas acaban compartimentando su sufrimiento de tal forma que queda relegado a su conducta nocturna y durante el día pueden actuar como si nada hubiera pasado.
¿Cómo evitar atracones nocturnos?
Enfrentar nuestros recuerdos más dolorosos puede resultar aterrador, especialmente si hay una historia de experiencias traumáticas como abuso sexual o físico, o una historia de soledad, abandono o negligencia emocional. Si eres una persona que está luchando contra un trastorno alimentario, que sepas que tu comportamiento, probablemente, está intentando protegerte de los fantasmas y monstruos de tu pasado. No tienes que enfrentar estos fantasmas solo. Si tú o alguien que conoces puede estar luchando con estos sentimientos, anímalo a buscar ayuda profesional y apoyo emocional. La única salida es atravesándolo.
Referencias:
- Allison, K. C., Grilo, C. M., Masheb, R. M., and Stunkard, A. J. (2007). High self-reported rates of neglect and emotional abuse, by persons with binge eating disorder and night eating syndrome. Behav. Res. Ther. 45, 2874–2883. doi: 10.1016/j.brat.2007.05.007
- Kaur J, Dang AB, Gan J, An Z and Krug I (2022) Night Eating Syndrome in Patients With Obesity and Binge Eating Disorder: A Systematic Review. Front. Psychol. 12:766827. doi: 10.3389/fpsyg.2021.766827
- Latzer, Y.; Edelstein-Elkayam, R.; Rabin, O.; Alon, S.; Givon, M.; Tzischinsky, O. The Dark and Comforting Side of Night Eating: Women’s Experiences of Trauma. Psychiatry Int. 2024, 5, 15–26. https://doi.org/10.3390/psychiatryint5010002
- Latzer, Y., and Tzischinsky, O. (2012a). “Night eating syndrome and other eating disorders,” in Night Eating Syndrome: Research, Assessment, and Treatment, eds J. D. Lundgren, K.C. Allison, and A. J. Stunkard (New York, NY: Guilford), 108–126.
- Stunkard, A. J., and Allison, K. C. (2003). Two forms of disordered eating in obesity: binge eating and night eating. Int. J. Obes. 27, 1–12. doi: 10.1038/sj.ijo.0802186